Igual que Santiago... somos los jóvenes que queremos cambiar todo

Por Nicolás Riu

El capitalismo es una máquina de alinear personas y pocas cosas nos ayudan a remar contra el sistema  y sus instituciones.  Iglesia, clubes, moda, cultura todo alinea, pero sobre todo aliena la explotación y opresión gris y cotidiana, que machaca sobre la conciencia de miles de manera de sostener un régimen putrefacto que camina hacia la barbarie. 

Uno de los grandes receptores de este bombardeo sistemático y cotidiano es la juventud, como esos miles de pibes de las barriadas obreras que son seducidos por los tranzas para convertirse en soldaditos de algún negocio turbio o, cuando tienen la “suerte” de salir de esa maraña sórdida y son reclutados por otro tipo de “tranzas”, que los transforman en carne de cañón en la línea de producción.

Esta cruda realidad empuja a la juventud a buscar salidas introduciéndose a largos y enormes laberintos, que los terminan atrapando y alienando como a esos otros. Sin embargo, por suerte, existe una porción de esos pibes y pibas que nos sentimos herederos de la enorme resistencia del 2001, tratando de abrirnos paso a la vida política con firmeza y convicciones, levantando banderas en las luchas más sentidas de nuestra clase trabajadora y el pueblo. 

Somos los jóvenes que queremos cambiarlo todo, que no soportamos seguir viviendo de esta manera, que no rechazamos la alineación, la opresión, la explotación capitalista. ¡Queremos cambiar la historia! No nos conformamos viviendo como se vive, por eso nos conmueve el martirio de Julio López, Mariano Ferreyra, Luciano Arruga o Santiago Maldonado, como también el secuestro de miles de pibas por parte de las redes de trata o el femicidio de muchas por parte de la violencia machista y patriarcal.

Cuando desde las altas y no “tan altas” esferas del poder disparan con balas o discursos ofensivos, provocadores y violentos como Carrió - comparando al cadáver de Santiago con el de Walt Disney, con la mirada cómplice del tránfuga Leuco - nuestras consciencias se movilizan, se conmueven, de la misma manera que una buena parte del movimiento de masas, enfureciéndonos contra su tremendo cinismo. 

El cinismo de los Carrió, Macri, Bullrich y demás representantes de los partidos patronales y organizaciones burocráticas, de esos personajes que están ahí para consolidar el proceso de alineación que genera el Capitalismo, que es, en definitiva, quien les da de comer. Esa misma alienación capitalista que hace que pibes de nuestra misma edad haya salido a burlarse de Santiago, con fotos colgadas en el face o los wasaps, haciendo “memes” con las morbosas imágenes de su cuerpo, ya sin vida.

Me revuelve ver a un joven asistiendo a una fiesta “disfrazado” de Santiago y posando junto a una joven modelo vestida de india, riéndose junto a un cartel que dice “acá estoy…”, un pibe que nada tiene que ver con la juventud que se puso al frente de la lucha por la aparición con vida y a favor de la causa mapuche.  ¡Ese pibe nada tiene que ver con la otra juventud, rebelde, insurreccionada, consciente, crítica, la que pelea a brazo partido por evitar la alienación capitalista!

El Capitalismo, que es basura, solo ofrece “apretarse los cinturones para continuar sufriendo, total, mañana veremos….” El futuro de los jóvenes el de todos los explotados y oprimidos del planeta no puede quedar en manos de esta gente, que está destruyendo el planeta, las vidas y la consciencia de millones. El futuro del mundo está en las manos de esos jóvenes que luchan, el futuro pasa por construir una sociedad sin alienación en la cual, el ser humano vuelva a hacerse cargo de su destino, el futuro debe ser Socialista.

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